Los olores de Chicago
Un resumen especial de mis semanas en esta hermosa ciudad
Un abrazo aromatizado con unos intensos latidos del corazón reposado en la brisa nocturna con unos ligeros toques a tabaco
El asado de nuestra comida encerrada en la habitación del hotel con una alta probabilidad de activar la alarma de incendio (le pasó a un amigo… no es cierto: recién sonó y evacuaron a todo el edificio, llegaron los bomberos la policía, y todo, por un asado que se quemó en el sartén y llenó de humo el pasillo. Por un momento creí que era la alarma sísmica hasta que recordé que en Illinois no tiembla)
El aroma de jabones y lociones de los niños del autobús por la mañana acompañados de risas y frituras (opacado por el sudor mañanero de mi compañero de trabajo)
El humo de carne a la parrilla en medio del bosque untado con catsup, sandía y limonada
El olor a madera del auditorio en medio del bosque con una sazón de música acústica estilo Sweet home alabama con canciones de cumpleaños y una presentación especial en acapella del musical de Annie
El humo de marihuana dentro del vagón de tren junto con los hedores del cuerpo humano (orina y flatulencias de una indigente que se cruzó de frente y nos quitó el asiento para dormir en el)
El vapor del lago remojado en caldo de ciudad, basura y palomas muertas mientras nos empapábamos con la lluvia al hablar de nuestros caminos de vida
La alfombra limpiada por mi compañera de cuarto con bicarbonato de sodio con olor a limón y la esencia de palomitas de maíz (o “cabritas” para mi amiga chilena) recién hechas cuando jugábamos cartas en el piso (presumí que estaba limpia y todas las personas presentes la olieron)
El aroma de bailes performáticos en medio de los museos y parques de atracciones acompañado de pizza u bebidas de un dólar del seven-eleven
La piscina (no alberca) con la brisa del tobogán acompañada de las risas de mis niñas mientras aprendía palabras en colombiano: cansona (alguien que te cansa porque es una persona molesta), mona (una persona con cabello güero), china/ chino (un niño pequeño/ niña pequeña), puchecas (pechos femeninos)
La brisa del café en las pinturas del instituto de arte acompañadas de mi artista favorita
El lago con gente ebria sin ropa, corazones rotos y palpitantes hundidos en memorias y lágrimas mientras se bebe del vino más corriente que hubiésemos encontrado.
El olor del adiós con una bocanada de humo de cigarro que rimaba con la airosa lluvia de Chicago y el olor a cerveza
¿Sabes? nos volveremos a encontrar?
¿Cuándo?
En el amanecer
😄